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Mazdaznan, extracto : Ayuno


AYUNO

Para ayunar de un modo agradable y beneficioso, sin tener que sufrir molestias ni inconvenientes, es preciso tratar el asunto con suma atención e interés. Es natural presumir que así como una máquina cualquiera necesita de vez en cuando ser llevada al taller para limpiarla y reajustar sus piezas, del mismo modo nuestro cuerpo, que es el más complicado de los mecanismos, necesita cuidarse. Si una máquina se repara cuidadosamente, está fuera de duda que su buen funcionamiento asegura útiles y largos servicios, pero si, por el contrario, se descuida, no tardará en tenerse que tirar al montón de hierro viejo. El cuerpo humano es lo mismo. Los órganos necesitan descanso de vez en cuando para que puedan reanudar su funcionamiento con renovada energía. Parece que esté en la naturaleza de las cosas que de cada siete días, dediquemos uno al descanso y debemos también ayunar alguna que otra vez para restablecer la normalidad del cuerpo.

Se puede ayunar por dos métodos distintos; uno lleno de complicaciones y molestias y el otro fácil y cómodo, casi un placer. Creemos innecesario decir que el aspecto económico del ayuno no es lo que nos mueve a recomendarlo, sino los grandes beneficios que por él se obtienen. El ayuno ha sido frecuentado y altamente reconocido, entre los persas, los caldeos, los hebreos, los egipcios, los griegos y los primitivos cristianos. Es evidente que cuando hay necesidad de limpiar una vasija es preciso que primero se vacíe. Cuando nuestro cuerpo se halla sobrecargado de substancias tóxicas en él acumuladas debemos darle ocasión de que por sí solo pueda deshacerse de los musinos y la mejor manera de conseguirlo es el ayuno; todas esas substancias serán echadas hacia fuera por el proceso de consunción debido a los órganos de depuración y de purificación. El ayuno es un medio para que las materias extrañas se eliminen porque la acción depurativa de los órganos que tienen esa misión los consumen y expelen.

Todos cuantos han practicado los ejercicios precedentes y han experimentado el valor de la respiración libre y perfecta están prontos a ayunar. No les es tan fácil a los que todavía no han logrado esta perfección; pero todos alcanzarán por el ayuno el resultado más satisfactorio. El ayuno no es más que un medio para llegar a un fin. Una vez conseguido no es preciso someterse a él por más tiempo porque se comprenderá claramente cómo se ha de pensar y obrar. En una palabra : cómo se ha de vivir.

No debe entenderse que nuestro método de ayuno consiste en privarse de algunos alimentos. Nuestro sistema de purificación consiste en abstenerse de todo alimento, sea el que sea, durante tres días y tres noches; en setenta y dos horas no debe tomarse nada, excepto una pequeña cantidad de agua si se considera preciso. Se ha de respirar bien y tragar saliva. El agua debe tomarse a muy pequeños sorbos, bebiéndola por entre los dientes; téngase un poco en la boca mezclándola con la saliva y tráguese. Los que coman carne e ingieran estimulantes, deberán abstenerse de ellos unos días antes de empezar el ayuno, si quieren que les sea más llevadero. En cuanto se haya tomado la resolución de ayunar llévese el proyecto en seguida a término. No debe dársele importancia ni dejar pasar el tiempo asustados de la perspectiva. Ayúnese sencillamente con el propósito de ayudar a la naturaleza a limpiar el cuerpo de tóxicos y establecer salud perfecta. Durante los días de ayuno no debe dejar de ejecutarse el trabajo a que se dedique la actividad de cada uno.

Si al terminar el primer día de ayuno se siente alguna molestia, practíquense los ejercicios respiratorios y aspírese y expírese plenamente al aire libre. Si al finalizar el tercer día de ayuno se nota desfallecimiento y dolor de cabeza, practíquese una exhalación amplia y profunda y después de la inhalación tómese un sorbo de agua. Debe practicarse esto tres veces y si el dolor de cabeza no desaparece tómese otro sorbo de agua. Cuatro sorbos de agua curan siempre el más fuerte dolor de cabeza. La fiebre se cortará practicando profundas y amplias inhalaciones y exhalaciones de vez en cuando y toda molestia se irá desvaneciendo, si así no fuera debe repetirse el medio de curarlas en la forma explicada.

Durante los días de ayuno es cuando se puede apreciar mejor el poder del Aliento. En cuanto se perciba la más insignificante alteración física debe corregirse siguiendo el método siguiente :

Después de practicar una exhalación completa cuéntese mentalmente, uno, dos, tres, luego inhálese plenamente e inmediatamente exhálese; repítase lo mismo durante tres minutos, teniendo el pecho alto y los codos pegados a los lados de la espalda lo más justo posible. Este ejercicio debe practicarse tres veces al día. Cuando se ayune debe hacerse la fluxión del colon tres veces antes de acostarse, reteniendo el agua el mayor tiempo posible.

Al cuarto día se ha de romper el ayuno tomando zumo de frutas y se ha de empezar la dieta de popcorn (maiz). Un puñado es suficiente para el primer día. El popcorn ha de ser preparado recientemente sin adición de manteca, sal, azúcar o miel. Se ha de tomar además un sorbo de agua caliente o fría (no helada) media hora antes de comer el popcorn, y no se debe volver a beber hasta después de media hora de haber comido. Se ha de comer lentamente y masticar perfectamente antes de ingerir los alimentos.

Si el hígado está inactivo y el estómago es casi una ruina sufriéndose indigestiones y estreñimiento, tómese en ayunas por las mañanas, durante diez días, cáscara de huevo tostada en cantidad suficiente para cubrir la punta de un cuchillo. Para preparar la cáscara se ha de quitar la película que cubre la parte interior del huevo; tuéstese la cáscara hasta que adquiera un matiz ligeramente; moreno y pulverícese groseramente.

Si el hígado está entorpecido tómese dos granos de maiz blanco del Sur bien tostados y finamente pulverizados. Cuando el estómago se halla en muy mal estado tómese caparazón de langosta ligeramente tostada y bien pulverizada en igual cantidad que la cáscara de huevo. Arena seca al horno o tostada por el sol constituye un eliminante excelente y debiera emplearse alguna vez. Todos estos preparados no deben tomarse al mismo tiempo. Cualquiera que sea el preparado adecuado por espacio de diez días, pasados éstos, el desarreglo habrá desaparecido por completo. Pero dejemos esto y volvamos a ocuparnos del ayuno. Al quinto día se puede tomar otro puñado de popcorn; al sexto día tómense tres y al, séptimo cuatro. Si no sentara bien tómese una cucharada de puré de trigo por cada puñado de popcorn que debiera tomarse. Póngase el trigo en remojo por la noche y al día siguiente hágase hervir a fuego lento por espacio de tres a cuatro horas; macháquese y pásese por un colador; puede tomarse frío o caliente. Pasteles hechos con trigo íntegro pueden tomarse bien secos y tostados al horno.

Después del séptimo día se puede empezar a comer parcamente algunas pastas de harina y frutas para proporcionar al estómago medios de rehacerse. Si se estima conveniente puede practicarse otros tres días de ayuno pasados quince días y después de varias semanas se puede ayunar otra vez por espacio de siete a nueve días.

Cuando se han practicado los ayunos el apetito sufre una gran alteración; se está exento de apetito, que es el monstruo que origina todas las enfermedades. El sentido del gusto se perfecciona y se saborea lo que se come. No se desea fumar, tomar vinos y licores ni comer carne ni otros alimentos grasos Gradualmente se desenvuelve el conocimiento en los cuerpos que se han purificado de todo lo que conduce a la desmoralización y decadencia y la luz de la verdad y de la justicia ilumina su camino.

El ayuno es algo muy trascendental que merece ser estudiado por todos los que desean alcanzar vida perfecta. La duración del ayuno debe regularse por el temperamento del individuo. En todos los casos conviene estar prevenido. Las personas gruesas deben ayunar varios días en la forma que hemos explicado; en cuanto a las que son naturalmente delgadas y nerviosas es preferible que empiecen por ayunar un día cada diez díes, luego cada ocho y así sucesivamente hasta llegar a un día de ayuno cada dos días. Este sistema es también recomendable a las personas refractarias a cambios radicales. Los individuos de naturaleza intermedia, los que sufren dispepsia u otros desórdenes orgánicos, les será beneficioso alimentarse únicamente con popcorn or parched Indian corn por un período de diez días; después de algunos ensayos deberán practicar el ayuno absoliuto de nueve a veintiocho días.

Cuando se observan largos ayunos y el popcorn no sienta bien, tómese una pequeña cantidad de trigo bien tostado previamente puesto en remojo. A los pocos días puede aumentarse la cantidad de trigo y añadir a esta dieta algunas almendras peladas y uvas pasas. Pueden tomarse de ocho a diez y seis almendras y de tres a cinco onzas de uvas pasas. Muy pronto se sentirá predilección por esta clase de alimentos y se adoptarán como base principal en las comidas. Para adquirir conocimientos acerca del valor nutritivo de los alimentos, recomendamos el estudio del Libro de Cocina de Mazdaznan.

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